En el artículo Habilidades de comunicación: cómo afecta el estrés a nuestro cerebro explicábamos que el cortisol aumenta en nuestro organismo cuando estamos estresados, lo que, a su vez, disminuye nuestra capacidad para responder adecuadamente a las situaciones de estrés; un hecho que tiene consecuencias para uno mismo, pero también para los demás y para los proyectos cuando se trabaja en equipo. «Se trata de un círculo vicioso que se puede romper si introducimos en él la oxitocina, ya que su efecto es “justo el contrario al que nos produce la hormona del estrés: la que desencadena los sistemas de lucha o huida en el organismo», explica la doctora Kerstin Uvnäs Moberg, una de las investigadoras más reconocidas en este campo.
Qué es la oxitocina
La oxitocina es una hormona que generamos de manera natural (en el hipotálamo) y que también actúa como neurotransmisor en el cerebro. Su presencia –llega a casi todas nuestra células– regula varios procesos fisiológicos relacionados con las emociones.
Hasta hace unos años, era conocida casi exclusivamente por su papel en el parto y en la lactancia, ya que su liberación ayuda a la distensión del útero y del cérvix, y estimula la producción de leche en la madre.
La confianza cohesiona
La oxitocina incrementa la confianza entre las personas, confianza sin la que serían imposibles las relaciones de amistad, de pareja y familiares, el trabajo en equipo, las transacciones económicas y cualquier sistema social.
Sus múltiples efectos beneficiosos:
- Nos ayuda a controlar la ansiedad.
- Disminuye la tensión arterial.
- Reduce la sensibilidad al dolor.
- Aumenta la confianza entre las personas, ya que reduce la actividad en los circuitos que procesan el miedo (actúa en la amígdala, el área del cerebro “responsable” de activarlo).
- Como consecuencia de lo anterior, establecemos un nexo entre las relaciones sociales y las experiencias gratificantes, por lo que nuestro cerebro querrá repetir ese tipo de vivencia. Por eso se dice que facilita y mejora las habilidades sociales.
- Nos ayuda a establecer vínculos.
- Propicia la empatía (provoca, por ejemplo, la activación de regiones cerebrales responsables de la interpretación de las emociones expresadas a través del rostro).
- Nos calma y relaja.
- Nos ayuda a valorar situaciones y a tomar decisiones adecuadas ante ellas.
- Parece ser que también interviene en procesos como el del aprendizaje y la memoria.
Por tanto, su presencia en nuestro organismo es clave para disminuir el estrés, sacar lo mejor de nosotros mismos y de nuestra relación con los otros, y evitar las actitudes agresivas en cualquier ámbito.
Qué la activa
En general, cualquier actividad que estimule nuestros sentidos de manera placentera. Por ejemplo:
- Cualquier señal de reconocimiento (una mirada, una palabra de agradecimiento).
- Cualquier tipo de contacto físico querido/consentido por las personas que lo tengan: masajes, caricias, mimos, etc.
- Los ejercicios de respiración (el yoga, por ejemplo).
- Reír.
- Disfrutar de actividades que nos gustan: una comida en pareja o con amigos, cantar, pintar, la jardinería, leer, escuchar nuestra música favorita, etc.
- Interaccionar con nuestra mascota.
Simplemente hay que tener en cuenta que para que nuestras células puedan producir la oxitocina, necesitan ascorbato; es decir, que le proporcionemos vitamina C.
El reconocimiento es un potente motor que genera productividad
En algunos ámbitos de trabajo todavía persiste la idea de que reconocer el trabajo de un compañero, sea cual sea su responsabilidad en el organigrama de la empresa, le volverá engreído o debilitará la posición en el grupo del que hace la valoración positiva. Nada más lejos de la realidad.
Tener la capacidad de valorar las habilidades, conocimientos y aciertos de los otros no solamente habla bien de uno mismo y nos fortalece ante los demás, sino que estimula su iniciativa, creatividad y rendimiento. El reconocimiento, vanidosos al margen, es una gran fuente de motivación. Los ambientes de trabajo se vuelven espacios más abiertos, distendidos, entusiastas, agradables y productivos cuando se instala la cultura del reconocimiento. Y un ambiente de trabajo con estas características es fundamental para llevar adelante cualquier proyecto que nos exija esfuerzo, imaginación y constancia.
Fuentes:
Nature
MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).
About The Author
Susana Lladó - Lladó Comunicación
Licenciada en Filosofía y máster en Publicidad y Marketing. Me dedico, como "freelance", a llevar la comunicación y el marketing digital de empresas.