Cómo ser más productivos

El estrés es el mayor enemigo de la productividad
Seguramente, tienes las sensación de que te faltan horas al día para hacer todo lo que tienes pendiente y lo que va acumulándose mientras tratas de despejar lo que te habías propuesto. Prioriza. Y a no ser que se declare un incendio (casi siempre son falsas alarmas), no te desvíes de lo que tenías previsto hacer. Focaliza. Y aplica tu criterio para saber cuándo realmente tienes que ser “flexible” (si huele a quemado, lo sabrás).

Evita todo aquello que interfiere en lo que tenías planeado hacer
En las horas centrales de nuestra jornada laboral es cuando se amontonan los correos electrónicos en nuestra bandeja de entrada (que nos sentimos obligados a responder ipso facto), cuando el teléfono suena mientras estamos concentrados en algo importante (y solemos atenderlo igualmente) y se producen todo tipo de interrupciones. Sospecha de lo que otros llaman “urgente”: suele serlo para ellos, pero no para uno. Aprendamos a manejar el sentimiento que nos desvía de nuestra agenda. Si hay que decir no, se puede hacer con cortesía.

Cuando estés buceando, que no te saquen del agua
Para trabajar, sobre todo si lo que estamos haciendo requiere lo mejor de nosotros, necesitamos estar con la mente clara y despejada, precisamente para producir a pleno rendimiento. Por mucha capacidad que tengas para estar en varios frentes a la vez, no se trata de sentirte obligado a demostrarlo: la cuestión es que las tareas importantes requieren tiempo hasta que nos adentramos realmente en ellas y empiezan a surgir las ideas, su desarrollo y las síntesis. Ir pasando de una cuestión a otra nos obliga a volver a invertir otra vez tiempo en “zambullirnos” en el tema.

Reuniones: las justas y necesarias, con orden del día y preparadas
Muchas reuniones se convocan sin un orden del día. Esto provoca que se alarguen más de lo debido. Por otro lado, a veces no hacemos el esfuerzo previo de pensar en lo que vamos a aportar (además de problemas) y se utiliza el tiempo de la reunión para buscar las soluciones entre todos. Si cada uno fuera a las reuniones con sus propuestas y con los deberes hechos, serían más breves y constructivas.

Cambia de entorno
Si estás saturado y seguir en la oficina no te ayuda, vete sin sentirte culpable y busca otro entorno que te estimule. La productividad no está relacionada con fichar. Se puede llegar a la oficina muy temprano, salir el último y haber hecho mucho pasillo. Si te lo puedes permitir porque no tienes un jefe en el cogote, cierra tu ordenador, da un paseo y ábrelo de nuevo en un parque, en tu cafetería favorita o en casa. Serás más productivo. Ya sabemos que lo fácil es decirlo y que cuesta mucho cambiar nuestros hábitos, pero se puede conseguir a base de proponérselo de verdad y ser constante en el empeño.
Os dejamos el enlace al artículo de Alejandra Agudo A mi día le faltan horas, publicado en El País, por si necesitáis más «herramientas».
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Susana Lladó - Lladó Comunicación
Licenciada en Filosofía y máster en Publicidad y Marketing. Me dedico, como "freelance", a llevar la comunicación y el marketing digital de empresas.